Las cosas están cambiando. Los millennials y las generaciones que les suceden tienen una percepción distinta de la vida y la empresa, acercándose más a lo experiencial y olvidando lo meramente material. Han entendido que ganar dinero no supone una meta, sino un medio para optimizar su vida y ayudar a su entorno inmediato.
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El contexto internacional, en términos gubernamentales, económicos y ambientales, requiere de estrategias revolucionarias y actores implicados que contribuyan a un nuevo marco de convivencia. Es aquí donde nace el concepto de “emprendimiento social”, que parte de una visión ética orientada a hacer del mundo un lugar mejor.
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Seguramente has escuchado o leído algo al respecto, pero no te queda muy claro en que consiste todo esto. En este post vamos a arrojar algo de luz al respecto.
Significado y definición de emprendimiento social
El emprendimiento social se compone de aquellas acciones destinadas a abordar los problemas sociales más urgentes, a través de ideas vanguardistas que provoquen un cambio total.
Los ciudadanos suelen dejar este tipo de gestiones en manos del gobierno, a través de políticas públicas de carácter asistencial. Sin embargo, en este caso son sujetos independientes los que identifican aquello que no funciona, proponiendo estrategias efectivas y difundiendo una profunda concienciación.
Como rasgo representativo, esta figura está plenamente involucrada con la comunidad a la que pertenece. Da un paso adelante a la hora de concebir una realidad mejor, sin muchas de las problemáticas vigentes. En definitiva, se trata de un soñador incombustible, un verdadero motor del cambio siempre al servicio de los demás.
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Además, cabe decir que cada emprendedor social es una suerte de líder natural, un reclutador capaz de identificar personas eficientes y comprometidas. En las últimas décadas este concepto ha tenido un crecimiento espectacular, debido a que la mayor parte de la población ha entendido que la pasión de un emprendedor es el combustible que lo cambia todo.
¿Qué características tienen los emprendedores sociales?
- No se mueven exclusivamente por intereses particulares. Su misión pasa por crear y mantener iniciativas de carácter global.
- Identifican y generan nuevas oportunidades a través de procesos de innovación continua.
- El aprendizaje es otro de sus pilares, al que hay que sumar una enorme capacidad de adaptación y valentía.
¿Qué modelos de negocio dirigen?
Los emprendedores sociales configuran organizaciones sin ánimo de lucro o destinadas a lograr determinados beneficios. Normalmente, las ganancias obtenidas se reinvierten para promover ciertas causas a favor de la comunidad. John Elkington y Pamela Hartigan (grandes referentes en la materia que abordamos) distinguen tres modalidades concretas:
Empresas sin ánimo de lucro
Este primer tipo no busca conseguir beneficios económicos. Su objetivo pasa por involucrar a organizaciones públicas y privadas para transformar la sociedad en determinados aspectos. Viven principalmente de aportaciones particulares y fondos de filantropía.
Empresas híbridas
Aunque de nuevo no se procura el lucro, estas compañías necesitan recuperar su inversión a través de la venta de bienes y servicios concretos. Para poder financiarse recurren a otras fuentes aparte de las mencionadas anteriormente. Las subvenciones públicas o préstamos de carácter privado suelen ser las opciones más habituales.
Empresas sociales
Esta versión la integran negocios con fines de lucro que proporcionan un producto o servicio de carácter social o ecológico. Pretenden crecer como corporación para llegar a un espectro mayor de población e impactar positivamente en determinados colectivos. Por lo tanto, una gran parte de las ganancias se reinvierte en la propia entidad para garantizar su expansión. Estas firmas viven de inversores interesados en generar un impacto más allá de lo financiero.
¿Cuándo se hizo popular el término?
El famoso Bill Drayton, referente en esta materia, acuñó el término durante los 80, cuando fundó la red Ashoka en los Estados Unidos. Este proyecto de emprendedor vio la luz con el objeto de apoyar a las personas que buscaban hacer una contribución positiva a través de plataformas empresariales. En los años 90 se impulsaron las cooperativas y asociaciones de carácter comunitario, afianzándose todavía más la filosofía que estamos tratando. No obstante, esta definición se ha desvirtuado con el tiempo, y viene siendo necesario matizar mejor lo que significa el emprendimiento social.
Pasos a seguir en el emprendimiento social
Establecer una misión concreta
El primer punto pasa por establecer el problema a resolver y el grupo demográfico que se beneficiará de esta actuación. Para ello, hay que formular preguntas fundamentales como: ¿Qué puedo hacer? ¿De qué medios dispongo? ¿A quién quiero beneficiar? ¿Qué valor generaré? Las respuestas a estos interrogantes son las que constituyen una declaración de objetivos concreta y sintética.
Analizar el contexto
Si un emprendedor social ya está trabajando en lo mismo, o ha desempeñado acciones similares en el pasado, este puede ser un referente a seguir. Es necesario buscar inspiración y entender el punto de partida, con todos sus aspectos y problemáticas.
Concebir una oferta única
Hay que concebir algo distinto a lo que los demás ofrecen o ya han ofrecido. Por ello, deben pensarse formulas efectivas para el nicho que se pretende abordar, y concebirlas desde los medios y capacidades que se disponen. Este proceso es lento y complicado, pero será la única manera de aportar algo verdaderamente diferencial respecto a la “competencia”. No obstante, si no se puede ser completamente original, también existen las colaboraciones y actuaciones de refuerzo con terceros, para ayudarles a llegar a sus fines.
Fijar un modelo de negocio
Es capital documentarse y fijar un modelo único de negocio. Esto pasa por averiguar con exactitud cuanto dinero se precisa para constituir la sociedad y empezar a operar lo antes posible.
Elegir las fuentes de financiación
Una vez concebida la naturaleza del negocio, hay que pensar en las posibilidades de financiación. Mirar si existen prestamos o subvenciones, así como business angels o inversores de capital riesgo que estén interesados. Estas fuentes exigen una serie de intereses, devoluciones o contraprestaciones; es decir, deben ser examinadas con lupa antes de ser solicitadas.
Redactar el plan de acción
El plan de acción determina las tareas a realizar en un tiempo concreto. Si no se establece un calendario será imposible medir el éxito, por lo que este debe ser lo más específico posible. Nada ha de quedar en manos de la improvisación.
Apoyarse en el equipo
En este tipo de empresas las relaciones con el equipo son más horizontales. Esto quiere decir que los integrantes del mismo son personas con las que se puede intercambiar ideas de forma libre y abierta, a fin de buscar comentarios y consejos de utilidad. Esta actitud proactiva sirve para impulsar los objetivos y lograr metas. Hay que tener ante todo una visión constructiva, ya que en muchas ocasiones se obtienen criticas que han de ser analizadas con detalle.
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