Una de las tareas que más nos cuesta es la de calcular el precio de un nuevo producto que vamos a lanzar en nuestro proyecto. Parece fácil, pero lo cierto es que hay muchos factores que pueden influir en ello, y tendremos que tenerlos en cuenta.
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Para ayudarte en esta tarea, vamos a analizar algunos de los puntos que deberías considerar antes de establecer un precio definitivo a tu producto. No solo eso, sino que también veremos como incorporar esos elementos en tu estrategia para calcular el precio de tu nuevo producto.
Además, te recomendamos echar un vistazo a este otro artículo en el que os contamos Cómo poner el precio correcto a tus productos o servicios.
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Analiza los costes fijos y variables
Lo más importante a la hora de calcular o estipular el precio de un producto, probablemente, sean los costes. Independientemente de todo (competencia, los estándares de la industria, etc.) el objetivo que buscamos alcanzar es el de obtener ganancias.
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Entre los costes que podemos encontrar tenemos los variables y los fijos. Los costes variables son aquellos que varían dependiendo del nivel de salida que tenga el producto o servicio en cuestión.
Aquí se pueden incluir el precio de las materias primas, los costes de envío, el empaquetado, etc. No olvides dar valor a el tiempo que empelas en crear el producto o el servicio, ya que el tiempo es dinero y también necesita ser cuantificado.
Los costes fijos, por su parte, son aquellos que permanecen con el tiempo, sin que sea importante la cantidad de producción que tengas que crear. El ejemplo es fácil, siempre vas a pagar lo mismo por tu local, fabriques lo que fabriques, así que eso será un coste fijo. Hay otros como los permisos de la empresa, los salarios de los empleados, etc.
Sumando todos estos costes y añadiéndole los costes de producción total, con base a una temporalidad (un mes o un año), es como podrás calcular los costes. Así es como puedes hacerte una idea de lo que necesitas para establecer tus objetivos de ganancias, creando una estrategia que te lleve a alcanzar tus metas.
Encuentra los precios estándar dentro de tu industria y en empresas competidoras
Un buen punto de referencia es investigar los precios que tienen empresas de la competencia, en productos similares a los tuyos. Es una forma de hacerte a la idea de cuánto están dispuestos a pagar tus clientes por un servicio o producto de esas características.
Comienza por identificar qué elementos diferencian a tu empresa, o tu producto, de la competencia, y tenlo muy presente a la hora de calcular el precio que vas a poner a dicho producto.
Tras ello, vas a encontrarte con dos opciones: la primera, vender a un precio más elevado que tu competencia, para lo que tendrás que convencer a los clientes de que tu producto es de mejor calidad y eso explica su precio extra; la segunda, es vender a un precio inferior y, para este caso, tendremos que demostrar a la gente que el recorte en precio no lo realizamos a costa de la calidad, sino que vamos a obtener menos ganancias.
Tomar cualquiera de las dos vías será decisión tuya, según te veas más cómodo en una circunstancia o en otra. Da igual como lo plantees finalmente, porque lo importante realmente es saber qué lugar ocupa tu producto dentro del mercado.
Conoce a tus clientes
Como hemos hablado en muchas ocasiones, cada producto tiene un mercado objetivo, que estará lleno de clientes ideales o buyer persona. Son el tipo de cliente modelo, los que son más receptivos a comprar nuestro producto o contratar nuestro servicio.
Son personas con valores, sensibilidad, hábitos e intereses de compra diferente. Conociendo quiénes son más propensos a comprar tus productos, será más fácil que estipules un precio conveniente a tu producto o servicio.
Utiliza herramientas como encuestas, entrevistas, las redes sociales, etc. para encontrar a esas personas que les podía interesar tu marca. Entiende sus prioridades, si pagarían más por una mayor calidad, si necesitan de ofertas o descuentos para tomar la decisión, etcétera.
No estamos ante una tarea sencilla, pero sí muy eficaz si eres capaz de realizar una exhaustiva investigación de mercado y encontrar a tu buyer persona.
Estipula el margen de beneficio y el objetivo de ingresos
Al definir el precio de un producto, tenemos que identificar el margen de beneficio. Si lo piensas bien, la razón por la que alguien querría crear un producto o servicio, no es para cubrir los gastos que le ha ocasionado la creación, sino para obtener algo de beneficio.
Cuando tengas la investigación de competencia, sepas el lugar que ocupa tu producto en el sector y sabes a quién se lo tienes que vender, debemos de estipular ese margen ideal de beneficio que te vas a quedar tú.
Lo más importante en este difícil proceso es quedarte contento con el margen, siempre teniendo en cuenta que sea alcanzable.
Estipulado este margen, súmalo a los costes fijos y a los variables, cuyo resultado te dará el objetivo de ingresos. Una vez tengas este objetivo marcado, es más fácil saber el papel que va a jugar el precio en esta ecuación final.
Estima cuántos productos crees que eres capaz de fabricar, envolver y enviar en el plazo de un año. Cuando tengas el resultado, divide el objetivo de ingresos entre el número de productos, y tendrás la estimación del precio que deberías asignar para tu producto.
Prueba, arriesga y equivócate
Todo esto que acabamos de ver, no son más que tips y consejos. No podemos hacer mucho más por ti, ya que no existe una ciencia exacta que nos permita calcular el precio de un producto nuevo.
Por ello, os invitamos a probar, y a no tener miedo a equivocarte. No pasa nada si debes cambiar el precio de tus productos si ves que no genera lo suficiente para que tu negocio se mantenga a flote.
No subas el precio de manera desorbitada directamente, ve subiéndolo poco a poco, hasta llegar al precio ideal con el que quedarás conforme.
Tienes que tener en cuenta que hay escenarios que se pueden dar y que no podemos predecir. Esos cambios o factores, pueden llevarnos a tener que modificar los precios.
Factores como las campañas de marketing, el precio de la competencia, el volumen de productos que puedes despachar, etc. pueden hacer que el precio fluctúe.
Como ya has visto, hay muchos elementos a considerar a la hora de calcular el precio de un producto nuevo, aunque hay algunas estrategias que te ayuden a tener ciertos aspectos controlados.
Puede que no siempre consigas poner el mejor precio, pero con tiempo y paciencia, además de contar con un producto mejor, podrás estar en posición para que las ventas se mantengan constantes.
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Gracias infinitas por compartir tus conocimientos , estoy iniciando mi proyecto y tus experiencias , las tengo en cuenta.
Gracias nuevamente y muchos exitos.
Que para que todo funcione bien hay que poner manos la obra y que no de miedo salir e experimentar si nuestros productos tiene un buen impacto en la gente y segun el sector hacia donde nos inclinemos, tomando en cuenta todos los puntos desde los tiempos invertidos calidad y proyeccion,admirable tu experiencia.
gracias.